Métodos suicidas e Internet. Rev Esp Med Legal. 2012;38(4):143—148
https://doi.org/10.1016/j.reml.2012.07.003.
En el presente Ateneo, plantearemos la incidencia del suicidio en los jovenes, influenciados por las redes sociales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que se producen un millón de
suicidios al año, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos y una mortalidad global
de 16/100.000 habitantes. Una cuarta parte de esta cifra se produce entre adolescentes y
jóvenes menores de 25 años, siendo la tercera causa de muerte en Estados Unidos en
esta franja de edad y la segunda de forma general. Sobre el suicidio existe abundante
documentación tanto desde la perspectiva epidemiológica como desde la preventiva,
siendo aspectos menos estudiados los métodos suicidas, especialmente aquellos menos
comunes y emergentes, importantes para evaluar la psicodinámica del paciente suicida y
plantear los programas preventivos más adecuados. Existen ciertas formas actuales de
suicidio: disimulados, colectivos y los cometidos por métodos infrecuentes, que se
piensa podrían estar infradetectados o ser mal entendidos. Internet es una extendida
fuente de comunicación con una influencia significativa en la medicina y en la
psiquiatría. Desde su introducción, es un medio de masas que utilizan 1,6 billones de
personas alrededor del mundo, por lo que tiene un poderoso efecto en la sociedad.
Alcanza también a los pacientes psiquiátricos, para los que puede ser una fuente de
información e intercambio de pensamientos sobre cómo realizar el suicidio, existiendo
numerosas sitios web que recogen los métodos para cometerlo, algunas de ellas muy
gráficas, con notas de suicidio, certificados de muerte, fotografías, etc. Investigadores
realizaron una búsqueda en 4 servidores distintos (Google, Yahoo, MSN y Ask)
utilizando diferentes palabras claves entre las que se encontraba «métodos de suicidio».
Del total de 480 páginas web seleccionadas, el 30% del contenido de tales páginas se
relacionaba con material descriptivo de los métodos: páginas como ASH (Alt Suicide
Holiday) aportan detalles de métodos específicos y dan información sobre dosis letales
de sustancias y sus efectos, así como sobre la seguridad del método para conseguir el fin
autolítico. Otros investigadores, estudiaron la accesibilidad de la información sobre
suicidio en una búsqueda similar, centrada en «cómo cometer el suicidio, métodos de
suicidio y cómo matarse a sí mismo» con un resultado de 380 páginas web. Entre ellas,
el 11% se consideró que contenían material prosuicidio, pero faltaría demostrar si esto
conlleva un aumento real en las cifras de suicidio. Para algunos, el volumen de
búsquedas en Internet usando los términos «suicidio» y «métodos de suicidio» no se
correlaciona con el rango de muertes suicidas y pueden estar más relacionadas con otros
aspectos como la depresión. La influencia de Internet en el comportamiento suicida,
particularmente en la elección del método, es evidente para algunos investigadores. La
influencia de Internet en la conducta suicida tendría lugar a través del incremento de las
ideas suicidas derivado de webs prosuicidas, por efecto imitación (copycat), pactos
suicidas (net-suicides), o bien mediante la adquisición de información sobre métodos
suicidas o, incluso, obtención de los medios materiales a través de la red. Se ha
reportado que los jóvenes, principales usuarios de recursos online y a su vez los más
vulnerables por la mayor incidencia de conductas de riesgo y abuso de sustancias, serían
más influenciables que la población adulta, consultando las webs prosuicidio y
adquiriendo conocimiento de métodos concretos. La OMS publicó el primer atlas de
métodos de suicidio comparando los métodos en los diferentes países que revela
importantes diferencias regionales. Se recogieron datos de 56 países, donde se observó
una polarización de los suicidios mediante pesticidas y suicidios por arma de fuego,
métodos que en muchos países están sustituyendo a los métodos tradicionales:
ahorcamiento, precipitación, ingestión de fármacos, etc. Han ido apareciendo otras
páginas web oficiales y, así, países como Holanda dan información exhaustiva sobre el
suicidio en la página de la Asociación Holandesa para la Eutanasia Voluntaria (NVVE)
que, con una guía paso a paso, aporta datos sobre medicamentos que se pueden utilizar,
dónde conseguirlos e incluso las marcas comerciales. El término net-suicide, referido a
los pactos preacordados entre personas desconocidas que contactan por Internet con
finalidad suicida, ha llegado a ser uno de los más notorios para los japoneses en los
últimos tiempos. Conclusiones: La difusión de los métodos de suicidio mediante
Internet plantea la cuestión de la posible repercusión en el incremento o variación de las
cifras de suicidio. Parece claro que, sobre todo en jóvenes vulnerables, principales
usuarios de Internet, puede haber una influencia de las nuevas tecnologías en las cifras
de suicidio a través de la difusión y popularización de nuevos métodos de suicidio por
efecto de imitación o copycat, favoreciendo pactos suicidas (net-suicides) a través de las
redes sociales, o bien proporcionando la información o incluso los medios materiales
para llevarlo a cabo.
BIBLIOGRAFÍA
Dr. Omar Angel Gabrielli
Asesor Médico – Instituto de Estudios Criminológicos