El propósito de este ateneo bibliográfico, se fundamenta en el interés criminológico
que despierta una reciente nota periodística publicada con fecha 1 de diciembre de
2020 bajo el epígrafe “La trama de violaciones y robo de chicos de la secta de la Tía
Eva, la pensionada de San Justo que convertía en esclavos a sus fieles” publicada en el portal Infobae – https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2020/12/01/el-regreso-
de-la-secta-de-la-tia-eva-la-pensionada-de-san-justo-que-convertia-en-esclavos-a-sus-
fieles/
El fenómeno de las sectas, como modelo de la delincuencia asociada es sumamente
complejo. Hoy en día el fenómeno es mucho mayor que en ningún otro momento de la
historia, proliferación que puede deberse a diferentes motivos, entre los que se
encuentran la influencia psicosocial, la crisis de las religiones tradicionales, el pasado
cambio de milenio, etc. Podemos citar varios episodios en el cual han participado
diferentes grupos sectarios: el episodio protagonizado en Uganda por la secta
“Restauración de los Diez Mandamientos”, en el que resultaron muertas centenares de
personas en lo que parecía un suicidio colectivo, que luego se tornó en un asesinato
en masa; el suicidio con cianuro de los 914 seguidores de “El Templo del Pueblo”, en
Guyana en 1978; los sucesos de 1993, en los que murieron 87 miembros de la secta
davidiana “Waco” liderada por David Koresh; el suicidio colectivo de 53 personas en
1994, pertenecientes a la secta “Templo del Sol”; el atentado de “La Verdad Suprema”
de Japón, que mató en 1995 a 12 personas con gas sarín; también en ese mismo
año, en Francia, el suicidio ritual y colectivo de 16 miembros de la secta “Orden del
Templo Solar”; el suicidio colectivo en 1997 de 39 personas, miembros de la secta
“Heavens-Gate”, en un rancho de Santa Fe en San Diego, California; son algunos
ejemplos, entre varios otros. La sociedad en general percibe cada vez más el término
“secta”, como representativo de conductas antisociales realizadas por organizaciones
engañosas que fomentan el fanatismo irracional y espiritualizan el delito.
Etimológicamente se atribuye al término “secta” un etimo latino con doble procedencia:
por un lado el verbo latino sequar-sequi, secutus/secuta, significando seguir,
seguido/a, que reflejaría el seguimiento de los adeptos al fundador o líder de la secta;
por otro lado la posible derivación seco-secare, sectas/secta, que alude a la separación de un grupo, al desprendimiento de una rama de un árbol o religión e
ideología ya existente y más numerosa. La Real Academia Española de Letras, da
dos acepciones: la primera, “como doctrina particular enseñada por un maestro que la
halló o explicó, y seguida y defendida por otros”, y la segunda seria una “falsa religión
enseñada por un maestro famoso”. Rodríguez P, un famoso estudioso del tema de las
sectas, las define como “grupo de personas aglutinadas por el hecho de seguir una
determinada doctrina y/o líder y que, con frecuencia, se ha escindido previamente de
algún grupo doctrinal mayor, respecto al cual, generalmente, se encuentran críticos”.
Se constituye en una palabra cargada de un cierto tono peyorativo o descalificador.
Para este presente trabajo, se formularán una serie de definiciones, metodología de
análisis y consideraciones de las denominadas Sectas Destructivas, dentro de un
contexto de interés médico legal y criminológico.
Son sectas que resultan socialmente inquietantes y potencialmente delictivas, lesivas
desde el punto de vista psicológico, social y jurídico. Son consideradas como una
agrupación antisocial, siniestra, de conducta fanática y peligrosa. Hoy por hoy, se
piensa que no todas tienen la capacidad para provocar actos masivos de terrorismo; sino que otros tipos de actividad delictiva, como la violación, el abuso sexual de
menores, el daño patrimonial a través del fraude organizado y el inducir distintas
enfermedades mentales son las formas más frecuentes de su comportamiento
criminal. Un aspecto fundamental para una análisis metodológico, es el énfasis puesto
en el término “conducta antisocial”; por lo cual, tanto sociólogos, psicólogos clínicos y
médicos especialistas han aportado al campo del conocimiento científico definiciones
académicas de lo que constituye o no una secta.
Para este análisis, no se analizarán definiciones tales como la del orden Lingüística,
La Histórico-Lingüística-Cultural y la Teológica. Como parte de un marco legal,
repararemos en una definición Sociológica, Psicológica y Médica.
Definición Sociológica: Según Pepe Rodríguez, periodista y asesor sobre sectas
destructivas para Gobiernos Europeos, define así el concepto: » Una Secta destructiva
será todo aquel grupo que en su dinámica de captación y/o adoctrinamiento, utilice
técnicas de persuasión coercitiva que propicien:
• La destrucción de la personalidad previa del adepto o la dañen severamente.
• El que, por su dinámica vital, ocasione la destrucción total o severa de los lazos
afectivos y de comunicación afectiva del sectario con su entorno social habitual
y consigo mismo.
• Y por último, el que su dinámica de funcionamiento le lleve a destruir, o
conculcar, derechos jurídicos inalienables en un estado de derecho”.
Esta definición toma como punto de referencia para su clasificación la conducta social.
Enfatiza particularmente en aquellos comportamientos grupales que dañan a la
sociedad, que violan los derechos humanos y que destruyen al individuo.
Definición Psicológica: Michael Langone, Dr. En Psicología Clínica, define así este
concepto: «Secta es un grupo o movimiento, que exhibe una devoción excesiva a una
persona, idea o cosa y que emplea técnicas antiéticas de manipulación para persuadir
y controlar a sus adeptos; diseñadas para lograr las metas del líder del grupo;
trayendo como consecuencias actuales o posibles el daño a sus miembros, a los
familiares de ellos o a la sociedad en general”.
Esta definición toma como punto principal de referencia la conducta psicosocial, es un
concepto similar al sociológico. El concepto del Dr. Langone considera en particular el
daño, ya sea potencial o actual, que se causa a los individuos al involucrarse en una
organización determinada. Esta es una de las definiciones seculares más respetadas
en el ámbito académico internacional.
Dentro de este mismo contexto psicológico, el psicólogo Steve Hassan (ex miembro de
la secta Moon), en base a su experiencia sectaria, repara en la siguiente definición:
como secta considera a cualquier grupo (religioso o no) que utilice técnicas de control
psicológico para suprimir la personalidad e inhibir el juicio crítico y la libertad de
decisión. Establece cuatro criterios para detectar la manipulación mental, a saber:
• Control de la conducta.
• Control de la información (la que la gente tiene derecho a saber antes de
ingresar a un grupo).
• Control de las ideas.
• Control de las emociones.
Por su parte, otra autora la Dra. Margaret Singer, prestigiosa Psicóloga Clínica de la
Universidad de California en Berkley, siguiendo el mismo concepto delineado por el Dr.
Langone, hace énfasis en el comportamiento, y no en las creencias de un grupo;
según esta, “secta” la constituye básicamente la estructura jerárquica y de poder de la
organización, no los adeptos en sí.
Llegado a este punto, deberemos considerar los siguientes conceptos de interés
psicológico: Lavado de cerebro vs. Control Mental.
Lavado de Cerebro:
Fue un término acuñado por el periodista Edward Hunter en 1951 traduciendo el
término del chino Hsi Nao “cerebro lavado”. Es típicamente una metodología
coercitiva. Los malos tratos se utilizan normalmente. Las nuevas creencias no están
bien interiorizadas y cuando el prisionero escapa del campo de influencia éstas se
superan.
Control Mental:
Es llamado “Reforma del pensamiento”. Es más sutil y retorcido.
Quienes lo practican son considerados amigos o compañeros, de modo que el sujeto
no está a la defensiva. Inconscientemente colabora con sus controladores y les
suministra información privada sin saber que la utilizarán en su contra. En el control
mental hay poco o ningún abuso físico. La hipnosis se combina con la dinámica de
grupo. El individuo es manipulado sin amenaza directa alguna.
Hay diferentes técnicas actuales de Lavado de Cerebro. Dentro de ellas, podemos
distinguir principalmente:
• Técnicas de hiperventilación, Movimientos repetitivos, Manipulaciones del
cuerpo, Técnicas psicológicas de trance e hipnosis, Imaginación guiada, El
nacimiento de la conversión, La voz parsimoniosa, Técnicas de persuasión,
Programación subliminal, entre otras.
En referencia al Control Mental, podemos advertir sus cuatro principales componentes:
• Control de la conducta (ropa, sueño, rituales);
• Control del pensamiento (negar, racionalizar, justificar);
• Control de las emociones (culpa, felicidad, lealtad);
• Control de la información (TV, libros, diarios).
Es interesante destacar, que según la literatura la analogía existente entre Control
Mental y Persuasión coercitiva, Reforma del pensamiento, Conversión forzada,
Inhibición del razonamiento crítico y Bloqueo del pensamiento lógico
Definiciones Médicas: El Dr. Robert Joy Lifton, Psiquiatra y Sociólogo, definió ocho
criterios para detectar cuando se está implementando el llamado «lavado de cerebro».
Basó su estudio en las técnicas utilizadas sobre los presos políticos durante el régimen
dictatorial de Mao en China, para convertirlos bajo coerción a la ideología comunista.
Es interesante, puntualizar, que actualmente muchos médicos, psicólogos clínicos y
sociólogos toman estos criterios como referencia para evaluar si un grupo religioso o
de otra índole, induce al famoso «lavado de cerebro» para manipular la conducta de
sus adeptos. La utilización de estas técnicas de coerción constituye para muchos
médicos hoy, en día el criterio para llamar secta a una determinada agrupación.
Los ocho criterios del Dr. Lifton:
En este caso, la gente no presta su consentimiento con pleno conocimiento. Es víctima
de una especie de fraude en donde se convierte en sujeto de técnicas psicofisiológicas
para inhibir su razonamiento crítico, y volverla pasiva y susceptible de ser explotada y
dañada.
Finalmente, se destaca que las Sectas Destructivas presentan un problema de salud
pública por el impacto social que tienen.
Podemos distinguir algunos factores de vulnerabilidad individual:
Adolescencia y juventud.
• Factores personales: soledad, depresión, inmadurez afectiva, angustia, etc.
• Inadaptación social.
• Necesidad de profundización espiritual.
Sistema familiar disfuncional:
• Ausencia del padre.
• Carencia de guía paterna.
• Carencia de atención y afecto.
• Pobre comunicación familia doble vínculo.
• Conflicto matrimonial permanente.
Es de interés destacar desde un punto de vista victimológico, algunos factores
determinantes en el ABANDONO DE LAS SECTAS:
• Por iniciativa del sujeto.
• Con ayuda externa.
• Por expulsión.
• Desprogramación involuntaria.
• Ruptura aislamiento
• Relaciones diádicas no oficiales
• Percepción ausencia de éxito
• Inconsistencias entre los líderes y sus ideales
Podemos distinguir las tres principales formas de abandono sectario:
• Encubierto
• Abierto
• Declarado
En las sectas destructivas, jamás existe una razón legítima para marcharse. A
diferencia de las organizaciones no sectarias que reconocen el derecho inherente a la
persona de abandonarlas, los grupos que practican el control mental dejan bien claro
que no existe un modo legítimo para dejarla. Se dice a los adeptos, que las causas
que llevan al abandono son la debilidad, la locura, las tentaciones, el lavado de
cerebro (hecho por los desprogramadotes), el orgullo, el pecado, etc. A los miembros
se les adoctrina concienzudamente para que crean que si alguna vez se marchan, las
consecuencias serán terribles para ellos, sus familias y la humanidad., A pesar de que
los miembros a menudo dicen: «Dame un motivo que sea mejor que el mío y me
marcharé», no se les permite contar con el tiempo ni los medios intelectuales para
probar tal afirmación a sí mismos. Están encerrados en una prisión psicológica.
En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-V se incluye en
la categoría de “Trastornos disociativos no especificados” bajo el código F44.9 nos
remite a los “estados disociativos que pueden presentarse en individuos que han
estado sometidos a períodos de prolongada e intensa persuasión coercitiva (lavados
de cerebro, modificación del pensamiento o indoctrinación en sujetos cautivos)”.
Dentro de esta categoría, a aquellos sujetos con experiencia de haber participado en
sectas destructivas, se les pueden reconocer características de importancia, tanto
médicolegal como victimológica.
Pueden presentar un Síndrome de Trauma Post Sectario, caracterizado por los
siguientes síntomas y signos:
◼ Llanto espontáneo,
◼ Sentimiento de pérdida,
◼ Depresión,
◼ Pensamientos suicidas,
◼ Alienación de familia y amigos
◼ Soledad,
◼ Miedo,
◼ Escrupulosidad,
◼ Confusión,
◼ Conflictos sexuales,
◼ Culpa injustificada.
Este síndrome se caracteriza también, por presentar diferentes estadios evolutivos:
◼ Incredulidad/ negación (No me puede haber pasado)
◼ Rabia/ hostilidad (¿cómo pudieron?)
◼ Autocompasión/ depresión (¿por qué yo?)
◼ Miedo/ negociación (asociación limitada)
◼ Reevaluación (tal vez me equivoqué)
◼ Acomodación/ aceptación (yo puedo superar esto)
◼ Reinvolucración (creo que me reincorporaré al grupo)
Desafortunadamente, en etapas avanzadas, se manifiestan síntomas tardíos:
◼ Flashbacks
◼ Pensamiento simplista
◼ Sugestionabilidad
◼ Disociación
◼ Sentimiento “fuera de sitio”
◼ Síndrome de Estocolmo
◼ Dificultad para la concentración
◼ Incapacidad para tomar decisiones
◼ Reacciones hostiles
◼ Confusión mental
◼ Baja autoestima
◼ Pavor por encontrar a un miembro de la secta
◼ Miedo a ser maldecido
◼ Mantenimiento de hábitos
◼ Dificultad en la administración del tiempo
◼ Dificultad en la conservación del trabajo
Las personas que se unen a las sectas destructivas viven algunas experiencias tan
terriblemente dolorosas que se niegan a recordarlas. Incluso después de haber
recibido tratamiento, algunos antiguos miembros no desean comunicar sus
experiencias de una manera pública. Otros, en cambio, están convencidos de que la
sociedad en general tendría que comprender los sufrimientos que padecieron mientras
estaban sometidos a control mental, y no tienen miedo de dar sus nombres.
El motivo por el que las sectas han causado gran preocupación social se basa
fundamentalmente, no tanto en sus actividades, la mayoría de ellas de aspecto legal o
pseudolegal, sino en los efectos que producen tanto en la sociedad como en los
individuos. Ha sido considerado, que la verdadera y única finalidad de estos grupos es
el lucro económico. Pero el gran problema del fenómeno sectario destructivo es la
trasgresión al ordenamiento jurídico de la sociedad. Si bien las sectas, pueden
cometer cualquier tipo de infracción legal y contra cualquier ordenamiento jurídico,
existen determinados tipos delictivos que le son mas comunes: 1) delitos contra las personas – delitos contra la vida; lesiones; 2) delitos contra la integridad sexual; 3)
delitos contra la libertad – tortura; 4) delitos contra la propiedad; 5) delitos contra la
seguridad pública; 6) delitos contra el orden público.
A modo de conclusión, podemos discurrir algunas reflexiones sobre las sectas
autodestructivas. Se configuran como un grupo totalitario, que emplea técnicas de
persuasión coercitiva como la manipulación y control, captan y someten a la
dependencia del grupo, reduciendo su autonomía personal, siendo su principal
característica la manipulación y el abuso psicológico. Se definen por sus medios, no
por sus fines o doctrinas, siendo su objetivo inmediato el logro del poder. De alguna
manera, las citadas clasificaciones médicas, sociológicas y psicológicas nos ofrecen
parámetros bien definidos para hacer clasificaciones y analizar este tema con bases
científicas sólidas. Estas definiciones y las metodologías de análisis que las
acompañan, también se verán complementadas, y a su vez posibilitarán el
implementar determinadas estrategias educativas para prevenir a la sociedad acerca
de la creciente patología social de las sectas destructivas; a más de ayudar a
establecer tratamientos adecuados para las personas afectadas.
Finalmente, teniendo en cuenta un enfoque tanto médico como criminológico
(victimología), podríamos finalizar con las siguientes observaciones: a) El derecho a la
libertad de conciencia, de pensamiento y de credo es la primera pauta que debería
guiarnos al enfrentarnos como médicos al sectarismo en nuestra sociedad; b) Los
trastornos psiquiátricos manifestados en las radicales alteraciones de la conducta de
las víctimas y en las secuelas encontradas en la pseudo identidad y en el “Síndrome
de Trauma Post-Sectario”, aparte del trauma generado en el núcleo familiar, son las
razones médicas que justifican nuestra intervención profesional.
OMAR ANGEL GABRIELLI – ASESOR MÉDICO. CRIMINÓLOGO.