Child pornography: Characteristics of its depiction and use. Medico-Legal Journal
0(0) 1–5;2020. DOI: 10.1177/0025817219898151.
El presente ateneo bibliográfico se fundamenta en el interés clínico criminológico que
implica la pornografía infantil, entidad profundamente asociada a la ciberdelincuencia.
Como ha quedado muy bien establecido, el ciberespacio constituye hoy en día un
contexto básico de socialización para los adolescentes “virtuales”, al tiempo que se
configura o perfila como un nuevo espacio de oportunidad criminal. Como muy bien lo
describe el presente trabajo, la pornografía infantil representa situaciones eróticas o
sexuales que involucran a niños, ya sea explícita o implícitamente, alimentando de este
modo las fantasías desviadas de las personas o, facilitando una actividad como es la
pedofilia. Importa por lo tanto, una análisis detallado y textual del presente trabajo, el
cual se aboca de una manera muy precisa a sus diversos componentes.
Imágenes eróticas vs pornográficas. Se describe la pornografía infantil como «la
reproducción de la imagen de un niño sexualmente explícita» y el erotismo infantil
como «cualquier material relacionado con niños que tenga un propósito sexual para un
individuo determinado «.
Fotografías vs pseudo fotografías. Cualquiera sea la imagen, se considera clínicamente
que las personas que buscan estas imágenes tienen particular interés en la pornografía
infantil. Representando así, una atracción desviada. Intuitivamente, parece existir un
vínculo entre la posesión de pornografía infantil y pedofilia. Sin embargo, varios
estudios han demostrado que no todos los pornógrafos infantiles son pedófilos. Muchos
estudios coinciden en que no existe una correlación entre ser excitado por una imagen y
abusar sexualmente de un niño. Además, la misma imagen no tiene el mismo potencial
de excitación para todos los individuos. Si bien algunas personas necesitan la
pornografía explícita para excitarse, los anuncios con un niño en ropa interior pueden
ser suficientes para otras. Esto apoya la idea ya esbozada con respecto a la diferencia
entre pornografía y erotismo. En este aspecto interesa subrayar el siguiente concepto,
algunas imágenes son inofensivas y no es ilegal poseerlas. No obstante ello, pueden
alimentar las fantasías desviadas de algunas personas. Por lo tanto, se interpreta que
estos individuos son potencialmente peligrosos porque pueden intentar realizar sus
fantasías, pero no pueden ser identificados por su comportamiento pornográfico.
Clasificación de las imágenes. La pornografía infantil involucra diferentes categorías,
desde niños semidesnudos hasta niños que realizan actos explícitos o violentos. El
proyecto de lucha contra las redes de información de pedófilos en Europa (Proyecto
COPINE) ha trabajado específicamente en imágenes y su función o rol. Este proyecto
elaboró una escala con diez categorías derivadas del análisis de imágenes recopiladas en
internet (del 1-«indicativo» al 10-«sadismo / bestialidad»). Lo interesante del caso, es
que no todas estas categorías se ajustan a la definición legal de pornografía infantil. En
este aspecto, el trabajo enfatiza el siguiente concepto de interés criminológico; cuando
se descubre una colección de imágenes se debe tener en cuenta el quantum de la
colección, la calidad de la organización, la inclusión de material privado y la edad de los
niños retratados, teniendo en cuenta que la vulnerabilidad del menor es inversamente
proporcional a su / su edad.
El uso de pornografía infantil. En este aspecto, este trabajo cita al autor Lanning como
el primero en describir cómo los abusadores de niños utilizan la pornografía infantil. En
1992 describió las funciones que cumplen las imágenes y las razones para recopilarlas.
Una colección se puede caracterizar por el hecho de que implica: (1) «importancia para
el coleccionista» (cantidad de imágenes); (2) «constante» (fijación por un tema, grupo de
edad, sexo, etc.); (3) «organizado» (las imágenes se registran y clasifican de manera
ordenada); (4) «permanente» (a lo largo de los años, las imágenes siguen teniendo las
mismas características); (5) «oculto» (las imágenes se ocultan); (6) «compartido con
otros» coleccionistas. Así también, se ha descripto que las imágenes de abuso infantil
cumplen cinco funciones: (1) alimentar fantasías y estimulación sexual; (2) intercambiar
imágenes con otros coleccionistas y colocar imágenes pornográficas en sitios web; (3)
desinhibición de menores; (4) racionalización del comportamiento pedófilo; (5) lucro.
Estimulación y fantasía sexual. La pornografía infantil se utiliza principalmente para
estimular la fantasía sexual y para la excitación sexual. El pornógrafo infantil puede
producir él mismo material de pornografía infantil; evidenciándose así un meta
financiera. Sin embargo, las fotografías y las historias suelen ser el producto de la
actuación real o imaginaria de las fantasías del pornógrafo.
Intercambios entre coleccionistas y producción de imágenes de pornografía infantil en
sitios web. Aquí el trabajo subraya que el objetivo es intercambiar ideas y material
pedófilo. Señala también, que un importante número de estudios han revelado que el perfil psicopatológico de algunos pedófilos indicaría que un estado de inhibición con
tendencia al retraimiento social. En este aspecto, el hecho de ser parte de estos grupos
les brinda la oportunidad de alcanzar una vida social “virtual”.
Desinhibición de menores. Se describe inicialmente, que cuando el contacto virtual se
establece a través de la web, las imágenes darán crédito a las proposiciones sexuales de
los pornógrafos, lo que hace que el niño crea que la proposición es normal. De esta
forma, el material aumenta la confianza del menor en el pedófilo o despierta su
curiosidad. Finalmente, cuando se establece el contacto físico, la imagen baja la
inhibición del niño que puede ser reacio a aceptar las propuestas del adulto que no
quiere usar la coerción para lograr su objetivo.
La racionalización del comportamiento pedófilo. En este punto, se describe que los
pedófilos pueden considerar el acto representado en las imágenes como natural, porque
indica que otros ya han representado y experimentado esa fantasía. Además, los niños
de las imágenes pornográficas suelen sonreír o mantener una expresión neutra. Este
último concepto amerita ser recalcado, en virtud que conforma un argumento que a
menudo presentan los consumidores de pornografía infantil para confirmar que el niño
proporcionó su consentimiento. La red virtual, también les permite verse a sí mismos
como/con otros pares; de esta forma racionalizan su comportamiento desviado.
El interés financiero. Aquí, el presente trabajo es concluyente; en su gran mayoría, los
productores de imágenes realizadas de manera cuasi industrial no son pedófilos; su
único objetivo es el beneficio económico.
Finalmente, considero que el presente trabajo científico nos brinda información
relevante acerca de la complejidad del fenómeno de la pornografía infantil. El aspecto
criminológico del uso de pornografía infantil señala formas que necesitan una mayor
exploración en términos de psicopatología y riesgo de reincidencia, particularmente
desde la perspectiva del ascenso y el nivel de excitación sexual obtenido por la
naturaleza de las imágenes.
Dr. Omar Angel Gabrielli
Asesor Médico – Instituto de Estudios Criminológicos.