La Autopsia Psicológica como técnica pericial surge en los EE. UU. como una
necesidad administrativa de definir la etiología médico legal en los casos de muertes
dudosas donde no se contaba con los elementos suficientes para poder afirmar si se
trataba de un suicidio o un accidente. Sin embargo, a pesar de que esta técnica es
bastante conocida y utilizada en EE. UU. todavía no se ha establecido una metodología
estandarizada para su realización.
Tradicionalmente el término «Autopsia Psicológica» se refiere a un método de
investigación por el cual se recoge información retrospectiva amplia con respecto a las
víctimas de un suicidio consumado. El propósito del procedimiento es obtener una
visión lo más clara y precisa posible de la situación vital, la personalidad, la salud
mental y el posible tratamiento proporcionado por instituciones sanitarias antes del
suicidio. Se han llevado a cabo ya más de 20 proyectos de autopsia psicológica
importantes en diversos países y culturas, y hay más proyectos importantes en curso en
diversos entornos. Así, se está acumulando actualmente una base global de información
sobre las vías para el suicidio, las características de las víctimas y algunos problemas
comunes en la prevención del suicidio que estas historias vitales revelan.
Algunos investigadores del comportamiento autodestructivo habían investigado de
hecho los suicidios ya en las décadas de 1920 en París y de 1930 en Nueva York,
recogiendo información sobre una víctima a partir de diversas fuentes disponibles. Sin
embargo, el primer estudio moderno de autopsia psicológica de suicidios consecutivos
lo realizaron Eli Robins y sus colaboradores en la Universidad de Washington en San
Louis, EE. UU., en 1956-57. Estos investigadores realizaron una investigación
cuidadosa de 134 suicidios consecutivos durante un periodo de 1 año. Dorpat y Riple
replicaron sus hallazgos en un segundo estudio en el área de Seattle pocos años después.
Aproximadamente al mismo tiempo, Robert Litman, Norman Farberow y Edwin
Schneidman en el Centro de Prevención del Suicidio de Los Ángeles – LASPC, habían
desarrollado un método para ayudar a la oficina del médico forense a decidir si un
fallecido había consumado un suicidio o había muerto en forma accidental. Se atribuye
a Edwin Schneidman haber fijado el término «autopsia psicológica». El trabajo de
Robins y cols., fue un modelo más importante para las autopsias psicológicas futuras,
pues investigaba de primera intención los suicidios, implicaba entrevistas
estandarizadas de los familiares más cercanos, y examinaba todos los suicidios
consecutivos en un área de captación definida. El primer estudio europeo de autopsia
psicológica lo realizaron Barraclough y sus colaboradores en el oeste de Sussex y
Portsmouth en Inglaterra en 1966-69, examinando cuidadosamente 100 suicidios
consecutivos. Desde entonces, se han realizado varios estudios de autopsia psicológica
en varios países en Europa, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda, Israel, Taiwán e
India.
Una de las técnicas más importantes y utilizadas en la comprensión de los
comportamientos criminales es la pericia psicológica, en la cual el psicólogo forense
desarrolla todos sus conocimientos en el ámbito legal y psicológico. Entre estas
actividades periciales se halla la denominada Autopsia Psicológica.
Este procedimiento es considerado como un proceso de recolección de datos de la
víctima – occiso, que permite reconstruir su perfil psicológico y el estado mental antes
de su muerte. Algunos psiquiatras forenses la definen como un peritaje psiquiátrico
forense que intenta establecer retrospectivamente el estado mental de una persona ya
fallecida en determinado momento de interés judicial (civil o penal) en función de una
formula sustantiva concreta reactiva a tal estado. Para el desarrollo de esta práctica, es
necesario realizar un trabajo interdisciplinario entre médicos, abogados psiquiatras y
psicólogos forenses.
De acuerdo con Shneidman, para la realización de la autopsia psicológica se deben tener
en cuenta varias categorías entres las cuales se menciona: el estilo de vida del occiso,
historia de su vida, problemas económicos o sociales, relaciones interpersonales, rasgos
de su personalidad, intentos previos de suicidio, posibles enemigos, entre otros.
Para este autor, los principales objetivos de la Autopsia Psicológica se dividen en
cuatro:
Un dato muy relevante, para poder realizar un procedimiento bien elaborado y
completo, es que el investigador inspeccione y estudie la escena del crimen, ya que esto
le podrá permitir obtener más pistas que le ayuden a avanzar en el proceso. El psicólogo
como investigador, tendrá la posibilidad de diseñar un perfil de la escena del crimen, de
hacer un bosquejo de la personalidad del sujeto que habitaba en el lugar, a partir de
detalles tales como: los objetos hallados, la disposición de los muebles, etc.
A fin de poder eludir la falta de estandarización, otra metodología propuesta se basa en
seguir los siguientes pasos:
Se ha proyectado, que se deberán dedicar de 20 a 30 horas de investigación para
formular una opinión preliminar sobre el estado particular de la mente de un individuo
antes de su muerte. Sin embargo, el tiempo que se empleará estará determinado por la
facilidad para recolectar la información y las personas que se deben entrevistar.
Otro aspecto analizado también, es el tiempo o momento óptimo para realizar la
entrevista psicológica, esta podrá variar entre 1 y 6 meses después de haber ocurrido el
deceso, ya que durante estos meses aún se conserva la nitidez del recuerdo y la
información obtenida es confiable de lo contrario las reacciones de duelo pueden, o
bien, interferir en la objetividad del recuerdo existiendo la tendencia a idealizar al
fallecido o afectar la claridad del recuerdo.
Un aspecto esencial a tener en cuenta, a fin de evitar errores en su confección, es que los
entrevistadores deberán recibir un entrenamiento preliminar en el manejo del
instrumento y en el estilo de comunicación que se debe utilizar dependiendo del modo
de muerte de la víctima. El entrevistador debe permitir que la información fluya
libremente, es decir, debe dejar hablar al informante sin interrumpirlo y sólo al final, si
es necesario, puntualizar en algún detalle o hacer algunas preguntas directas.
En relación con las fuentes de información se deberán seleccionar, por lo menos, dos
fuentes con el objetivo de cruzar los datos ofrecidos en busca de confiabilidad. Se deben
seleccionar parientes de primera línea, convivientes, allegados o médicos de asistencia.
Las condiciones para realizar la entrevista deben ser estrictas; cada fuente deber ser
entrevistada de forma individual y en privado, evitando que la opinión de una influya en
la otra, lo cual afectaría a la confiabilidad de la información obtenida. El tiempo
promedio de la entrevista deberá ser de dos horas, aunque en ocasiones es necesario
extenderse un poco más.
Deberá tenerse en cuenta la revisión de documentación adicional y disponible tales
como: historias clínicas, expedientes médico-legales, expedientes judiciales, así como,
cartas, diarios, notas, poemas, etc.
Para proporcionar esta prueba judicial, las ciencias forenses como la psiquiatría y la
psicología enfrentan a menudo tareas muy difíciles tales como determinar el estado
mental de un acusado en el momento de los hechos, peor aún, cuando ha transcurrido
algún tiempo desde el momento de su ocurrencia. En ocasiones, la labor del psiquiatra o
psicólogo se vuelve más compleja cuando se trata de determinar el estado mental de una
persona ya fallecida en el momento de su muerte.
No obstante, la vida psíquica del ser humano deja “huellas” de una u otra forma: en
documentos, obras de arte, espacios habitados a lo largo de su existencia, en la forma
como se relacionaban con las otras personas, etc.
El aspecto principal de la Autopsia Psicológica es el proceso en sí mismo.
Dicho proceso parte desde el mismo lugar de los hechos, en el cual no sólo se pueden
levantar huellas por los peritos en criminalística, también se pueden levantar las huellas
psicológicas que quedan impresas en los lugares en que estuvo la víctima y en las
personas que interactuaron con ella. La función del psicólogo o del psiquiatra que
realiza el examen pericial es decodificar e interpretar las señales que emite la escena del
crimen.
Dentro del ámbito de la investigación criminal el proceso de la Autopsia Psicológica
comienza desde el examen de la propia escena de la muerte y no deberá ser realizado
por un solo perito. Por el contrario, se requiere de un trabajo en equipo con los
criminalistas, médicos de policía o forenses e investigadores policiales, sólo así se
logrará una caracterización profunda y científicamente fundamentada de la víctima.
Teniendo en cuenta el grado de complejidad de esta metodología, (como ya hemos visto
existe una falta de estandarización) es necesario trabajar con un grupo interdisciplinario
de expertos que aporten sus conocimientos para conseguir un mejor análisis de las
condiciones, relaciones, comportamientos y situaciones de un ser humano muerto en
condiciones dudosas. El estudiar al hombre desde una sola dimensión sería un error, ya
que nadie puede negar la diversidad de instancias por las que se encuentra atravesando
la vida de un ser humano.
En el campo de la Psicología Forense, específicamente en el procedimiento de la
Autopsia Psicológica, el poder contar con la ayuda del cuerpo legal en su totalidad
(abogados, fiscales, jueces, policías, peritos calígrafos, etc.) es de suma importancia
para la investigación, ya que va a permitir la recolección completa de la información.
Estar al lado de los investigadores policiales permite acceder a elementos judiciales
tales como notas, diarios, cartas, que posiblemente para ellos no tiene mucho valor, pero
para el psicólogo son fundamentales, ya que caracterizan a la víctima y tal vez entre
líneas se pueda develar «la clave del enigma de su muerte». Tener en cuenta todos estos
aspectos, serán fundamentales si se quiere lograr una intervención eficaz del
procedimiento de Autopsia Psicológica.
Una vez recogidos todos los elementos necesarios para conformar una caracterización
de la víctima, se realiza una discusión colectiva en la cual participan todos los peritos e
investigadores policiales, y se ofrecerá un informe pericial en términos de
probabilidades, pues se trata de una evaluación indirecta y de conclusiones realizadas
por deducción o inferencia, que cobran valor solo al sumarse el resto de los elementos
criminalísticos, policiales y medicolegales.
Lo desarrollado hasta aquí, sería la forma convencional, pero es interesante destacar
también, su utilidad en los casos en que el sujeto no aporta nada en el examen directo,
por ejemplo el estado de coma, o la demencia total, digamos en sujetos
“psicológicamente fallecidos”, no obstante como se ha concebido la autopsia
psicológica conceptualmente es para sujetos ya fallecidos.
La Autopsia Psicológica, deberá ser considerada una pericia psicológico – psiquiátrica,
como son todas las actuaciones médico legales que hace un perito psicólogo o
psiquiatra, los cuales se plasmarán en un informe que tiene como objetivo asesorar e
ilustrar a la justicia en cuestiones específicas afines con su ciencia y que sean de interés
o utilidad judicial.
El informe pericial puede ser de diferentes formas según el marco judicial en que se
realice, los objetivos que tenga y las características del perito actuante. De manera
general podemos afirmar que los objetivos dependen de los propósitos para los cuáles
ha sido solicitado, que por regla general son:
1- Determinar o demostrar la presencia o no en un sujeto de enfermedad mental.
2- Determinar el grado de relación entre la enfermedad y posible hecho delictivo
(relación delito-enfermedad) o enfermedad y eficacia jurídica (capacidad civil o
administrativa)
3- Otros aspectos específicos relacionados con la salud enfermedad (personalidad,
conducta, etc.).
Estos propósitos generales son totalmente aplicables a la autopsia psicológica, método
en el que hay que saber más de lo que se hace o dice, y donde el perito a partir de
información aportada hace un análisis e interpretación con un sentido diagnostico para
finalmente dar una respuesta concreta y demostrativa al problema penal o civil del
estado mental de la víctima ya fallecida, a su vez necesario para poder tipificar el delito,
decir si en determinado momento de interés judicial esa persona funcionaba de tal o cual
forma teniendo en cuenta lo que la ley dice para su tipo de problema( formula penal).
Recordemos que en esta prueba nos vemos imposibilitados de hacer un examen directo,
por lo que la confiabilidad del diagnóstico médico legal depende de la confiabilidad de
la fuente de la información.
Desde el punto de vista médico legal, la autopsia psicológica se realiza tanto en el
campo del derecho penal como en civil; en materia penal contempla:
1- En la víctima, determinación del estado mental en el momento de la
victimización, las muertes dudosas, equivocas o de etiología médico legal por
precisar, la sospecha de suicidio inducido y el análisis inferencial del grado de
secuela del acto lesivo en la posterior muerte.
2- En el victimario o perpetrador es muy excepcional, debido fundamentalmente a
que tras su muerte extingue la responsabilidad penal, no obstante existen casos
muy puntuales, como en los procesos de revisión de causa y otros.
Una vez establecida la certeza de la etiología médico legal homicida, la autopsia
psicológica puede modificar la tipificación delictiva, si la víctima era un enajenado
mental, carente de facultad para comprender el alcance de su acción y dirigir su
conducta, se tipifica un asesinato (homicidio calificado), pues el autor actuó contra una
persona psicológica y jurídicamente indefensa, de aquí una de las aplicaciones de esta
técnica en el Derecho Penal.
En el caso del derecho civil, lo más frecuente son las impugnaciones de acciones para
las cuales se cree que, no era competente o no estaba psicológicamente apto (testar,
contraer matrimonio, hacer donaciones, compra venta, permutar, etc.), en este caso
particular es imprescindible que el que impugna deba tener la carga de la prueba.
Finalmente en otro aspecto, es un procedimiento potencialmente aplicable para la
prevención de las muertes violentas; en el establecimiento de población con riesgo
suicida. Conocer el riesgo a morir por homicidio o por accidente, es la mejor manera de
prevenir estas muertes y es a través del conocimiento profundo de las víctimas fatales
que podremos detectar los factores asociados y la caracterización victimal para delinear
estrategias de prevención en los diferentes niveles de atención del sector de la salud con
el apoyo de las organizaciones políticas, sociales y de masas.
La Autopsia Psicológica es una técnica difícil con la cual cuentan sólo algunos países
desarrollados; en dicha técnica el estudio de las muertes equívocas exige un alto nivel
científico, por tal motivo, tenerlas a nuestra disposición posibilita un avance importante
en el aumento de la calidad científico-técnica y en la profesionalidad de la
investigación criminal.
El dictamen de autopsia psicológica se ofrecerá siempre en términos probabilísticos y su
resultado deberá sumarse al resto de los elementos criminalísticos, policiales y médico
legales para conformar la decisión final. Desafortunadamente muchos psicólogos y
psiquiatras forenses, se manifiestan incrédulos frente a su real validez y confiabilidad,
por estar carente de una metodología estandarizada. Sería de sumo interés, que dicho
procedimiento pericial pudiera verse implementado en una forma más frecuente a la
práctica forense.
1- Shneidman, E. S. The Psychological Autopsy. American Psychologist, 1994,49;
74-76.
2- Isometsa ET. Estudios de autopsia psicológica: una revisión. Eur Psychiatry Ed.
Esp. 2002; 9: 11-18
3- Litman, R.E.; Curphey, T; Shneidam, E.S. et al. Investigation of equivocal
suicides, JAMA, Vol, 1963, p. 924- 29.
4- García Pérez, T. La autopsia psicológica como método de estudio del suicida.
Trabajo presentado en el Congreso Internacional de Ciencias Forenses de la
Habana, 1993.
5- García Pérez, T. La autopsia psicológica como método de estudio de la víctima
de homicidio. Forum de Ciencia y Técnica Criminalística. Ciudad de La
Habana, 1994
6- Annon, J. The Psycological Autposy. American Journal of Forensic Psychology.
1995; 13: 39-48.
7- Acosta SA. La autopsia psicológica. Una técnica forense para el esclarecimiento
del suicidio. Revista Electrónica de Psicología Social «Poiésis». No 21 – Junio
de 2011.
8- Molista JN y col. Análisis descriptivo de los suicidios y la aplicación del método
autopsia psicológica durante el período 2013-2015 en la comarca de Osona
(Barcelona, España). Rev Esp Med Legal. 2017.
http://dx.doi.org/10.1016/j.reml.2017.05.004
Dr. Omar Angel Gabrielli
Asesor Médico – Instituto de Estudios Criminológicos