Consumo de sustancias psicoactivas y delito: Análisis de la relación entre edad de
inicio y reincidencia
Psychoactive substance use and crime: Analysis of the relationship between age of
onset and recidivism. I n t e r n a t i o n a l J o u r n a l o f P s y c h o l o g i c a l R e s
e a r c h – IJPR 5(2) 2012; 58 – 65.
Existe la tendencia de asociar drogodependencia y delito, buscando instaurar en cada
uno de ellos la responsabilidad de ocurrencia del otro, es decir, se hipotetiza el siguiente
concepto – la drogodependencia como causa o efecto de la delincuencia y/o
delincuencia inducida, funcional y relacional, en tanto se relaciona con el tipo de actos
delictivos cometidos. Es de destacar en estos planteamientos el alto porcentaje de
personas que se encuentran en prisión, condenadas por delitos relacionados con las
drogas. Independientemente del motivo por el que se cumpla condena, es cierto que una
parte importante de reclusos han consumido o consumen drogas en la actualidad;
habiendo sido sus primeros contactos con la sustancia psicoactiva al inicio de la
adolescencia. Por tanto, puesto que los datos refieren la asociación entre drogas y
conductas delictivas, y que el consumo es mayor entre aquellos que reinciden en sus
actos, siendo las sustancias psicoactivas más estudiadas el tabaco, alcohol, cannabis,
cocaína, heroína y anfetaminas, el propósito de este estudio fue estudiar las etapas del
consumo de diversas sustancias en función del nivel de reincidencia de los reclusos, en
tanto que su consumo suele iniciarse a una edad temprana – durante la adolescencia e
incluso antes. La muestra del estudio estuvo conformada por 157 sujetos de un
establecimiento penitenciario de Villabona (Asturias, España), quienes en su mayoría
eran varones (94,9%), siendo mujeres el 5,1% restante. La edad de los participantes
estuvo comprendida entre los 19 y 49 años, al mismo tiempo que más de la mitad de la
muestra (56,7%) había ingresado dos o más veces en prisión, con lo cual a los efectos de
estudio de esta población, pasó a ser referido como reincidente. Se realizó una entrevista
semiestructurada de “historia de vida”, la cual fue administrada de manera individual y
a través de una entrevista personal. Se consideraron como variables de interés “el nivel
de reincidencia – el consumo – la edad de inicio de diferentes sustancias psicoactivas
(tabaco, alcohol, cannabis, anfetaminas, cocaína y heroína). Los resultados obtenidos,
resultan conforme al objetivo planteado en este estudio en referencia al período en el
que comienzan a consumir determinadas sustancias psicoactivas, diferenciando ello por
el nivel de reincidencia en la comisión de actos delictivos. Abordando las sustancias
socialmente aceptadas, se observó que el tabaco y el alcohol ofrecen diferencias
significativas entre los primarios y reincidentes en cuanto al momento de inicio del
consumo; es decir, los reincidentes son quienes empiezan a consumir a una edad más
temprana que los internos con un solo ingreso en prisión. La información sobre la edad
de inicio en las sustancias ilegales señaló que cocaína y heroína no ofrecieron
diferencias significativas entre primarios y reincidentes, en cuanto al momento de inicio
de su consumo. Así también, encontraron que en la cocaína existe la tendencia a
consumirla a la misma edad – 17 años -, tanto en primarios como en reincidentes. Como
discusión de los hallazgos, los autores señalan que los resultados hallados en este
estudio, en lo relativo a la edad de inicio al consumo de sustancias psicoactivas
estuvieron en la línea de investigación especializada sobre el tema, en los que se
confirma que el uso de drogas comienza en un período vital caracterizado por el cambio
o transición a la vida adulta. Aceptando la particularidad de que la muestra de internos,
estuvo conformada por personas que habían cometido actos delictivos por los que al
momento del estudio se encontraban cumpliendo condena en un establecimiento
penitenciario, se pudo afirmar que dicha población -sin necesidad de asegurar que sus
actividades delictivas sean causa o efecto del consumo – experimenta una trayectoria
similar a cualquier otra población, tanto en uso y abuso con drogas socialmente
aceptadas para pasar posteriormente al uso y abuso de drogas ilegales. De este modo,
clasificando la muestra de acuerdo con el nivel de ingresos penitenciarios (primarios y
reincidentes), se comprobó cómo los internos que reinciden en su entrada en prisión, lo
cual está relacionado directamente con una reincidencia en sus actos delictivos, son
quienes tienen un contacto más temprano en el uso y abuso de sustancias psicoactivas.
En este estudio, se han diferenciado las etapas de consumo en función de si éstas son
aceptadas socialmente o, por el contrario, en nuestro contexto sociocultural son
rechazadas y clasificadas como legales. Por tanto, en relación con el tabaco y el alcohol,
como sustancias legales o aceptadas, se comprobó que son las de inicio más temprano,
especialmente el tabaco en el caso de los reclusos reincidentes. Los resultados, apuntan
a que los internos con más de una entrada en prisión han iniciado el consumo de tabaco
a los 12 años. Menor distancia, entre internos primarios y reincidentes existió con
respecto al alcohol, lo cual podría asociarse a la mayor permisividad y tolerancia social,
aunque de nuevo resulta significativo que los reincidentes se iniciaron a una edad más
temprana. Confirmando la aseveración de otras investigaciones, las cuales alegan un
crecimiento en el uso del cannabis como droga ilegal, siendo el inicio de su consumo
muy similar a la del tabaco y el alcohol, en nuestro estudio se encontró que el inicio en
el consumo de cannabis coincide con el de las sustancias socialmente aceptadas. Esto
es, en los reincidentes, la edad de inicio del consumo del cannabis se produce a los 13
años, algo más temprano que en el caso del alcohol, mientras que en los primarios a los
14, como en el caso del tabaco. Un comienzo más tardío se observó para el inicio en el
consumo de las anfetaminas, siendo la media de edad de 16 años en el caso de los
reincidentes. Si bien no se han encontrado diferencias en el inicio de consumo de
cocaína y heroína en esta muestra de población penitenciaria, sí es de destacar que
ambas sustancias comenzaron a ser consumidas a una edad más tardía que el resto de las
sustancias (la edad mínima a los 17 años). Resulta sorprendente, no obstante, la
ausencia de diferencias significativas entre primarios y reincidentes en cuanto al inicio
de consumo de estas sustancias, pues se han asociado con actividades ilícitas y
antisociales en la adolescencia, así como con actos más importantes en la vida adulta,
especialmente en aquellos que repiten sus conductas infractoras habiéndose manifestado
además entre los consumidores de ambas sustancias, un inicio más precoz en la
actividades delictivas y su ingreso en prisión. Ello podría explicar un mayor relación
existente entre el estado de los internos – primarios vs reincidentes – con el momento de
inicio de su actividad delictiva, que con el uso y abuso de algunas drogas ilegales que
socialmente se consideran de mayor peligrosidad. Es decir, si bien los autores no dudan
de una asociación (que no es sinónimo de causalidad) entre consumo de drogas y
comportamientos transgresores, es necesario relacionar dicho consumo con diferentes
variables que afectan a los individuos, al mismo tiempo que dichas variables podrían
relacionarse también con la conducta anti-normativa.
En definitiva, todavía quedan lagunas que posibiliten explicar de forma definitiva una
relación entre el consumo de drogas y su vinculación con la actividad delictiva.
Dr. Omar Angel Gabrielli
Asesor Médico – Instituto de Estudios Criminológicos